Hermana Carmelita Margarita Lasaga Martínez de Maturana
Hermana Carmelita Margarita Lasaga Martínez de Maturana/Sister Margarita Lasaga Martínez de Maturana
Hermana Carmelita de la Caridad
Hermana Margarita Lasaga Martínez de Maturana: Vida y Trayectoria/Sister Margarita Lasaga Martínez de Maturana
La Hermana Margarita Lasaga Martínez de Maturana fue una figura singular en la historia educativa y social del País Vasco durante el siglo XX. Religiosa de la Congregación de las Carmelitas de la Caridad, su vida refleja la convergencia entre fe, vocación pedagógica y compromiso social en un contexto marcado por la posguerra y la transformación del sistema educativo español.
Orígenes y formación
Nació en el País Vasco, probablemente entre 1905 y 1910, en el seno de la familia Lasaga Martínez de Maturana, documentado en registros locales y esquelas de prensa vizcaína. Antes de ingresar en la vida religiosa, Margarita aparece mencionada en columnas sociales de la época, lo que indica que participaba en la vida cultural y social de Bilbao.
Ingreso en la Congregación y labor educativa
Tras su incorporación a la Congregación de las Carmelitas de la Caridad, fue destinada al Colegio Barraincúa, uno de los centros educativos más prestigiosos de Bilbao. Allí ejerció como maestra y prefecta, dedicándose a la enseñanza y a la formación moral de las alumnas. Quienes la conocieron la describen como una mujer de carácter firme, entregada a la docencia y con una profunda preocupación por la educación integral y el acceso de las jóvenes a la cultura.
Compromiso social en la posguerra
Además de su labor en el aula, Margarita participó en programas del Auxilio Social, organización asistencial que durante la posguerra impulsaba iniciativas de ayuda y alfabetización. Su nombre figura en listados oficiales de colaboradoras, lo que confirma su implicación en tareas caritativas y educativas fuera del ámbito escolar. Estas experiencias reforzaron su convicción de que la educación era una herramienta esencial para la justicia y el progreso social.
Pionera en el sindicalismo docente
El aspecto más innovador de su trayectoria fue su participación activa en el sindicalismo educativo, algo prácticamente inédito para una religiosa en aquella época. Dos recortes de prensa lo confirman:
Margarita Lasaga, carmelita, fue elegida vicepresidenta del Sindicato Provincial de Educación en Bilbao, con 43 años, por unanimidad. El artículo destaca la excepcionalidad del hecho y menciona a otra religiosa, Carmen Urbina (teresiana), como presidenta de la Sección Económica del mismo sindicato.
Bajo el título “Una monja, elegida dirigente sindical”, se subraya la importancia de su elección y su objetivo principal: mejorar las condiciones de la enseñanza privada y terminar con la tradición clasista de los colegios. La prensa presenta este acontecimiento como un hito en la democratización del sistema educativo.
Su papel como dirigente sindical refleja una visión progresista y valiente, en un tiempo en que la participación femenina —y más aún religiosa— en estructuras sindicales era casi inexistente. Margarita se convirtió en una de las primeras voces consagradas que defendieron los derechos de los educadores desde una perspectiva de igualdad y justicia social.
Significado histórico
La Hermana Margarita Lasaga encarna la síntesis de fe, educación y compromiso social. Su vida muestra cómo, desde el interior de una congregación religiosa, fue posible impulsar valores de democratización y equidad en la enseñanza. Su actuación marcó un precedente en la historia del sindicalismo docente vasco y en la evolución del papel de la mujer religiosa en la sociedad española del siglo XX.
Sister Margarita Lasaga Martínez de Maturana (born in the Basque Country, early 20th century) was a member of the Congregation of the Carmelites of Charity and a pioneering figure in education and social work in Bilbao. She served as a teacher and prefect at the Barraincúa School, promoting cultural access and integral education for young women. During Spain’s post-war period, she collaborated with Auxilio Social in literacy and aid programs.
Her most notable achievement was becoming Vice President of the Provincial Education Union in Vizcaya, elected unanimously at age 43—a groundbreaking role for a nun at that time. She advocated for equal opportunities and the end of class-based traditions in schools, marking a milestone in the history of educational unionism in Spain.







